lunes, 8 de agosto de 2011

Fitness: Dieta y Ejercicio

“Una buena alimentación no puede hacer que un deportista de fin de semana se convierta en campeón olímpico. Pero una mala alimentación sí que puede dejar a un campeón olímpico a la altura de un deportista de fin de semana”.
La preparación física no se puede entender exclusivamente desde el campo del entrenamiento deportivo (microciclos, macrociclos, cargas, volúmenes, intensidades, recuperaciones, etc.), sino que ha de englobar una serie de factores claves, que es lo que hoy se conoce como entrenamiento invisible, y donde se incluye la alimentación, además de elementos como las horas de recuperación y de sueño, los ritmos circadianos o los hábitos de vida, entre otros.
Las necesidades nutricionales de una persona que hace deporte, están encaminadas en todo momento a conseguir varios fines, que van desde el objetivo básico de mantener la salud del deportista, objetivos estéticos y hasta la posibilidad de responder óptimamente a los esfuerzos físicos a desarrollar, llegando incluso al aumento del rendimiento deportivo mediante ciertas pautas dietéticas. Hoy se sabe que a lo largo del día los nutrientes se han de agrupar en una serie de comidas y en diferente proporción. Del mismo modo, la distribución de calorías se reparte en varias ingestas al día: un 25% de las calorías totales diarias se toman en el desayuno, un 40% en el almuerzo, un 10% en la hora de once y un 25% en la cena; teniendo en cuenta que dicho reparto estará condicionado por el horario de entrenamiento y por los hábitos y costumbres personales.
Si una persona desea entrenar con fines estéticos y lograr con ello una baja del peso corporal debe tener en cuenta varias cosas. El 40% de los resultados que busca tendrán respuesta a través del aumento de la actividad física.
El 60% restante tendrá respuesta en la manera como se pretende alimentar.
Consejos básicos para mantener una buena salud.
Besos, Tati.
Fuente: PortalAlimenticio.

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